Desde Zell am See nos dirigimos al Grobglockner a través de una carretera de pago. Tras ascender un impresionante puerto (de esos que en el Giro o en el Tour están fuera de categoría), llegamos a un aparcamiento donde podemos apreciar un extraordinario montaje turístico. En primer lugar podemos adentrarnos en el túnel que enlaza con el camino del refugio (punto de partida para atacar el Grobglockner, techo de Austria) y perder la noción del tiempo contemplando el espectacular glaciar desde el mirador. En segundo lugar, podemos descender a la lengua del glaciar (¡cuidado con las grietas!) y comprobar la disminución que ha experimentado la capa de hielo en los últimos veinte años. Por último, si no nos apetece caminar mucho, podemos apalancarnos en el restaurante, comprar swarovskis o jugar con las marmotas.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Zell am See y el Grobglockner
Desde Zell am See nos dirigimos al Grobglockner a través de una carretera de pago. Tras ascender un impresionante puerto (de esos que en el Giro o en el Tour están fuera de categoría), llegamos a un aparcamiento donde podemos apreciar un extraordinario montaje turístico. En primer lugar podemos adentrarnos en el túnel que enlaza con el camino del refugio (punto de partida para atacar el Grobglockner, techo de Austria) y perder la noción del tiempo contemplando el espectacular glaciar desde el mirador. En segundo lugar, podemos descender a la lengua del glaciar (¡cuidado con las grietas!) y comprobar la disminución que ha experimentado la capa de hielo en los últimos veinte años. Por último, si no nos apetece caminar mucho, podemos apalancarnos en el restaurante, comprar swarovskis o jugar con las marmotas.
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