Desde Zell am See nos dirigimos a Cortina d’Ampezzo, centro neurálgico de los Dolomitas. Allí pasaríamos unos días conociendo la zona y disfrutando en algunas de las numerosas vías ferrata de la zona.
Sin duda, una de las escapadas obligadas en los Dolomitas es el recorrido por la zona de las Tres Cimas de Lavaredo, tres torres espectaculares con algunas de sus caras totalmente planas…
Tre Cime di Lavaredo
De las distintas rutas que se pueden elegir, nosotros optamos por el recorrido hacia la cima del Paterno, un monte situado en frente de las Tres Cimas a donde se sube por caminos equipados, por lo que es muy recomendable llevar el kit de seguridad para vía ferrata. Se trata de una ruta circular que partiendo de los refugios Auronzo y Lavaredo (a los que nos acercamos tras dejar el coche en el aparcamiento), se dirige a lo alto del monte Paterno (2744), para descender al refugio Locatelli y, desde allí, nuevamente al aparcamiento. He de reconocer que en algún momento me temblaron las piernas, ya que en la primera parte del recorrido había algún hueco sin la equipación que yo hubiera deseado.Tre Cime di Lavaredo
El camino de descenso atraviesa un conjunto de galerías excavadas durante la Primera Guerra Mundial... Si os animáis, no olvidéis el frontal .
Después de esta aventura, nada mejor que un relajante descanso en uno de los hotelitos de lujo de San Cassiano. No es que seamos habituales de estos lugares, pero aún no habíamos consumido el segundo regalo (lo que significa que hubo un primer regalo) de nuestros compañeros y compañeras del currelo: una estancia en un Relaix & Chateaux, ¡y no era cuestión de desperdiciar la ocasión.
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