Así que con el runrún de los motores empezamos a subir por un camino que sale desde el embalse del
balneario hacia la derecha (mirando en dirección a la corriente del río). Hay
una pequeña edificación que resulta ser una fuente, aunque más bien parece una
ermita de planta redonda. El sendero sube zigzagueando entre piedras, pinos y
riachuelos esporádicos. A la izquierda, el ruido
del agua de la cascada ha ido ocultando el de las motos.
Llegamos al final del pinar donde aparecen pintadas en rocas dos señalizaciones: Ordicuso y Argualas. Seguimos ya encima de la nieve siguiendo huellas de raquetas hacia donde pensamos que puede ir el camino de Ordicuso, pero la nieve está cada vez más blanda y enaguachada.
Nos encontramos con otros tres montañeros que se dan la vuelta porque la nieve está muy blanda. Tenían intención de subir al famoso Garmo Negro, pero se han confundido de camino y han seguido las huellas equivocadas.
Sin raquetas y sin poder atisbar los ibones (posiblemente tapados por la nieve), decidimos dar la vuelta y almorzar antes de entrar en el pinar.
El descenso es rápido y la vuelta a Panticosa también, pues nuestros amigos los moteros siguen disfrutando de la quema de combustible y del atronador ruido de sus motos. Balneario Baños de Panticosa, ¡el mejor lugar para relajarte!
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Llegamos al final del pinar donde aparecen pintadas en rocas dos señalizaciones: Ordicuso y Argualas. Seguimos ya encima de la nieve siguiendo huellas de raquetas hacia donde pensamos que puede ir el camino de Ordicuso, pero la nieve está cada vez más blanda y enaguachada.
Nos encontramos con otros tres montañeros que se dan la vuelta porque la nieve está muy blanda. Tenían intención de subir al famoso Garmo Negro, pero se han confundido de camino y han seguido las huellas equivocadas.
Sin raquetas y sin poder atisbar los ibones (posiblemente tapados por la nieve), decidimos dar la vuelta y almorzar antes de entrar en el pinar.
El descenso es rápido y la vuelta a Panticosa también, pues nuestros amigos los moteros siguen disfrutando de la quema de combustible y del atronador ruido de sus motos. Balneario Baños de Panticosa, ¡el mejor lugar para relajarte!
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