Después de tres días en Campillo de Ranas (Guadalajara) al fin podemos ver la cima del Pico Ocejón totalmente despejada desde nuestra habitación de la casa rural La Casa del Sol.
Nos dirigimos a Majaelrayo, concretamente al alojamiento rural Las Cabezadas, desde donde parte el sendero. Nada más comenzar la ruta, sin salir del pueblo encontramos dos ocas y un ganso. Una de las ocas nos acosa y tenemos que defendernos con los bastones. La senda atraviesa el río por un puente de pizarra y empieza a ascender por un robledal.
El ascenso es cómodo, no muy empinado y con un suelo arenoso sin apenas piedras. Encontramos una bifurcación donde se indica el camino a Campillo de Ranas (55 min).
Seguimos ascendiendo por el bosque hasta el Collado de las Perdices donde pisamos nieve por primera vez en el recorrido. En vez de seguir la señalización y bajar al otro lado del collado, seguimos un rato por la cordal hacia el Ocejón. Más tarde descendemos hacia el fondo de la vaguada para seguir el camino "oficial" que transcurre por está. En ocasiones es difícil seguir el camino ya que está cubierto de nieve, así que seguimos las pisadas de los que han madrugado más que nosotros.
Desde el fondo de la vaguada comenzamos a ascender por pizarras y enseguida llegamos a la cumbre (¡solo tardamos 2 h. 25 min., lo que significa rebajar en 20 m. el tiempo del cartel informativo!).
En la cima, a 2048 m. sopla un viento helador y el día, aunque soleado, no está claro, por lo que solo se ven las montañas más cercanas de Guadarrama. A pesar de ello, las panorámicas son espectaculares (ver pano 1 y pano 2).
Tras unas frutas y una agradable charla con tres montañeros de Valverde (uno de ellos remero en la trainera de Pasaia), comenzamos el descenso por el mismo camino.
Apenas a 200 metros del pueblo, encontramos un rebaño de cabras en el camino. Al apartarse para dejarnos paso nos aparece un mastín enorme que viene hacia nosotros... Sin levantar la vista ni hacer ningún movimiento brusco, pasamos a su lado conteniendo la respiración... Parece que hemos tenido suerte y decidimos celebrarlo en el bar El Contrabajo a base de bokata, cerveza y txupito de hierbas...
Por lo visto en el pueblo también hay polémica por el tema de los perros... No parece muy prudente dejar campar a sus anchas y sin vigilancia a animales tan peligrosos... Como no es la primera vez que nos pasa, decidimos denunciar los hechos en los ayuntamientos de Campillo de Ranas y Majaelrayo... ¡A ver si hay suerte!
Nos dirigimos a Majaelrayo, concretamente al alojamiento rural Las Cabezadas, desde donde parte el sendero. Nada más comenzar la ruta, sin salir del pueblo encontramos dos ocas y un ganso. Una de las ocas nos acosa y tenemos que defendernos con los bastones. La senda atraviesa el río por un puente de pizarra y empieza a ascender por un robledal.
El ascenso es cómodo, no muy empinado y con un suelo arenoso sin apenas piedras. Encontramos una bifurcación donde se indica el camino a Campillo de Ranas (55 min).
Seguimos ascendiendo por el bosque hasta el Collado de las Perdices donde pisamos nieve por primera vez en el recorrido. En vez de seguir la señalización y bajar al otro lado del collado, seguimos un rato por la cordal hacia el Ocejón. Más tarde descendemos hacia el fondo de la vaguada para seguir el camino "oficial" que transcurre por está. En ocasiones es difícil seguir el camino ya que está cubierto de nieve, así que seguimos las pisadas de los que han madrugado más que nosotros.
Desde el fondo de la vaguada comenzamos a ascender por pizarras y enseguida llegamos a la cumbre (¡solo tardamos 2 h. 25 min., lo que significa rebajar en 20 m. el tiempo del cartel informativo!).
Tras unas frutas y una agradable charla con tres montañeros de Valverde (uno de ellos remero en la trainera de Pasaia), comenzamos el descenso por el mismo camino.
Apenas a 200 metros del pueblo, encontramos un rebaño de cabras en el camino. Al apartarse para dejarnos paso nos aparece un mastín enorme que viene hacia nosotros... Sin levantar la vista ni hacer ningún movimiento brusco, pasamos a su lado conteniendo la respiración... Parece que hemos tenido suerte y decidimos celebrarlo en el bar El Contrabajo a base de bokata, cerveza y txupito de hierbas...
Por lo visto en el pueblo también hay polémica por el tema de los perros... No parece muy prudente dejar campar a sus anchas y sin vigilancia a animales tan peligrosos... Como no es la primera vez que nos pasa, decidimos denunciar los hechos en los ayuntamientos de Campillo de Ranas y Majaelrayo... ¡A ver si hay suerte!